Las programaciones didácticas tienen un peso muy
importante dentro del sistema educativo nacional ya que son pieza indispensable
en los procesos de enseñanza a todos los niveles. Estas programaciones deben
tener en cuenta a los estudiantes ya que estas programaciones marcan los
objetivos educativos que deben marcar la educación y los objetivos de estos,
así como las metodologías más adecuadas para poder llegar a estos objetivos.
En el contexto del sistema educativo nacional las
programaciones didácticas normalmente vienen marcadas por las distintas
regulaciones legales del sistema educativo que estén vigentes en cada momento.
Normalmente son los departamentos de cada área los encargados de elaborar las
programaciones para cada curso académico. Programaciones que desarrollan el
currículo establecido para todas las materias. Esto es un tanto conflictivo ya
que cada vez que se produce un cambio de legislación estas programaciones deben
ser modificadas acorde a los parámetros que las nuevas legislaciones puedan
introducir. Aunque esto deba ser así en la teoría, en la práctica no siempre se
puede llevar a cabo. Esta podría ser la situación que se está viviendo ahora
mismo en los centros educativos ante la necesidad de adaptar las programaciones
didácticas basadas en la LOE
a las nuevas especificaciones marcadas por la entrada en vigor de la LOMCE. Según vimos en clase con
Gonzalo, los centros educativos están teniendo algunas dificultades en adaptar
sus programaciones a la LOMCE,
e incluso se han adoptado prorrogas para la redacción de estas nuevas
programaciones.
Una buena programación didáctica es una
herramienta enormemente útil a la hora de alcanzar unos buenos resultados
educativos y de aprendizaje. Las programaciones varían respecto al nivel
educativo al que estén destinadas. Son diferentes dependiendo de si se destinan
a ESO, Bachillerato, FP o Escuelas Oficiales de Idiomas, y en cada uno de estos
ámbitos se debe tener en cuenta las particularidades de cada uno. Grados de
concreción, objetivos, competencias, etc.
Así mismo, las programaciones didácticas deben de
poder contar con un grado de flexibilidad ya que a lo largo del curso se pueden
producir situaciones que pueden alterar el seguimiento de la programación
(huelgas, alertas por meteorología adversa, bajas por enfermedad, etc). Tampoco
se debería cerrar las programaciones a la incorporación de nuevas ideas o modos
de aproximarse a ciertos temas que sean positivos en un contexto determinado
cuando el curso ya haya comenzado. Esta capacidad de improvisación debería ser
valorado como algo positivo por los docentes, ya que ofrece un modo de mejorar
las programaciones existentes de modo continuo.
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