La clase de Didáctica
de esta semana con Carlos estuvo dedicada a tratar el tema de la importancia
que tienen y deben tener los objetivos en la enseñanza de lenguas extranjeras.
También se tocó el tema de las metodologías que como docentes nos pueden ser más
útiles y eficaces a la hora de ponernos manos a la obra.
Como docentes tenemos que tener muy claros cuales
son los objetivos que buscamos en cada actividad que diseñamos y planificamos y
para qué necesitamos estos objetivos en nuestras clases de lenguas extranjeras.
También debemos tener en cuenta que ser demasiado ambiciosos en los objetivos
que pretendemos cubrir en una actividad o tarea puede resultar
contraproducente: ser superfluos en los objetivos de nuestras actividades (y
aquí me refiero a meter demasiadas cosas de “relleno” que tienen poco o nada
que ver, o pasarse con ejercicios del mismo tipo) puede hacer que nos salga el
tiro por la culata.
Otra cosa que tendremos que tener en cuenta es el
hecho de que una vez que hemos planteado x objetivos para una actividad luego
no podemos ignorarlos y dejarlos en la cuneta a nuestro antojo. Este es un
error que he cometido muchas veces en mis sesiones de clases de refuerzo con
estudiantes de secundaria. Ves que te has pasado con los objetivos para un día
o para una semana y los dejas pasar, o los ignoras, o ves que no funcionan como
esperabas, y te das cuenta de que no has planeado todo tan al detalle como
deberías. Los objetivos también nos pueden ayudar a facilitar la evaluación y
son tremendamente útiles a la hora de decidir si la metodología que hemos
estado usando ha sido la más adecuada.
En las enseñanzas regladas de lenguas extranjeras
los principales objetivos que hay que tener en cuenta son varios. Estos
objetivos son los de desenvolver los saberes:
saber estar y saber hacer, también deben ayudar a movilizar las competencias de los estudiantes (competencias
específicas y transversales de los currículos), deben ayudar a paliar las carencias que puedan tener los
estudiantes y a saber responder adecuadamente
a sus posibles carencias de aprendizaje, diversificar los soportes de input y output para favorecer la
comunicación multimodal de los estudiantes (audio, video, texto, etc).
Otro de los objetivos de los que nos habló Carlos
es el de desenvolver actitudes positivas
sobre el aprendizaje de lenguas extrajeras y ayudar a superar odios y miedos hacia el aprendizaje de estas lenguas
en los centros educativos de nuestro país. Esto quiere decir grosso modo que nosotros desde nuestro papel
de docentes tenemos la responsabilidad de ayudar a los estudiantes a que no
tengan miedo de enfrentarse a las lenguas extranjeras en secundaria. Muchas
veces me he encontrado con chicas y chicos que vienen a clase de refuerzo de
inglés con un montón de problemas de actitud ante esta lengua. Se les da mal,
no la entienden, sacan malas notas, y en muchos casos no les gustan sus
profesores y se llevan mal con ellos. “Me tiene manía” e incluso el “me ha
echado de clase porque si” son cosas que te confiesan cuando les preguntas qué
les parecen sus profesores de inglés y que tal están en clase con ellos. Tenemos que ser conscientes de este
problema y ser capaces de revertir la situación: inculcar confianza y ser
capaces de que no se sientan intimidados ante una asignatura que se les da mal es
un paso importante para ayudarles a que mejoren y a que no se sientan
intimidados en nuestras clases.
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